martes, 24 de enero de 2012

"Ser profesor y dirigir profesores en tiempos de cambio".

SER PROFESOR Y DIRIGIR PROFESORES EN TIEMPOS DE CAMBIO
Lourdes Bazarra, Olga Casanova y Jerónimo García Ugarte.
Colecciones Educadores XXI. Narcea, ArcixFormación, 2007.

En este libro se nos propone una Pedagogía Interrogativa para estos nuevos tiempos de cambios e incertidumbre.
Una primera pregunta que nos hacemos es ¿qué es educar? Educar es humanizar, es creer y confiar en el ser humano, y estar dispuestos, permanentemente, a engrandecer en todos, y en cada uno de nuestros alumnos, la globalidad de sus posibilidades; es decir, a engrandecer en ellos el potencial de inteligencia, de sensibilidad, de solidaridad y de ternura que late en su humanidad.
La educación no es más que eso: “una tarea humanizadora”.

En la primera parte, los autores nos ofrecen la “arquitectura de los sueños”, entendiendo por sueños esa capacidad que poseemos todos los seres humanos y más concretamente los educadores, para imaginar y proyectar el futuro, y a la vez, para construirlo, conscientes  de que el mundo está por hacer, y de que siempre existe la posibilidad de lo posible.
Se trata de la arquitectura posible sobre la que necesariamente  hay que construir la escuela o el sistema educativo; una arquitectura dinámica y abierta a la interrogación, al diálogo y a la escucha; y sobre todo una arquitectura en la que los tradicionales términos de programación, diseño, estrategias o currículo, se funden con otros, sin duda más importantes: pasión, desprendimiento, alegría, ternura, entusiasmo, esperanza.

En la segunda parte,  nos ofrecen lo que podríamos llamar “la arquitectura de una misión compartida”, o mejor, la arquitectura de un proyecto comunitario de solidaridad y de esperanza en el que confluyen los sueños compartidos de los  profesores y de las profesoras que trabajan en un mismo centro escolar, dinamizados, todos ellos por un equipo directivo cuya función esencial es el apoyo, la estimulación y la motivación del profesorado.
Todo ello bajo un objetivo prioritario: la posible y necesaria felicidad del profesorado en el ejercicio de su profesión como educadores porque, como afirman los autores del libro, la felicidad de los profesores es el motor de la enseñanza.

INTRODUCCIÓN.

“Debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo” (Gandhi).                                
La vida nos pide imaginación, estrategia,  y nosotros seguimos esperando, en lugar de poner en marcha la esperanza; Porque para crecer es necesario desprenderse.
Norman Longworth en su libro “El aprendizaje a  lo largo de la vida” planteaba que el gran cambio educativo y de aprendizaje no puede hacerse mientras seguimos actuando, mientras seguimos en nuestra labor desde presupuestos ya conocidos, desde la inercia y la rutina.
La única forma de articular algo nuevo nos exige parar un tiempo en nuestra labor y dedicarlo a escuchar, a discutir, a imaginar, a llenar de ideas y proyectos las Escuelas… Un tiempo sin escuela para dedicárselo a la nueva escuela dentro de quince años.
Ninguna gran revolución, ningún gran cambio importante, puede sostenerse si no hay personas que se arriesguen a crecer y a ser lo mejor de sí mismas.
Los cambios profundos sólo se alumbran cuando los seres humanos confiamos en el poder del pensamiento crítico y autocrítico, en la ilusión, la curiosidad, la generosidad, la imaginación en la humildad y en la escucha del error y la frustración. Ese es un adulto de calidad. No alguien perfecto. Sino alguien dispuesto a aprender. Abierto al cambio. A su riesgo y a su placer.
Hemos de  convertir la información en conocimiento y el conocimiento en sabiduría y vida.
Es verdad que las condiciones en las que trabajamos no siempre hacen fácil la ilusión, profesionalidad, la creatividad.
Sólo aulas en las que estén presentes educadores: que seamos conscientes del tiempo histórico y vital que nos ha tocado vivir y compartir con nuestros alumnos. Que asumamos periódicamente el cuestionarnos por qué seguimos haciendo nuestro trabajo y por qué lo hacemos de un determinado modo. Que nos muevan la curiosidad y la pasión por el misterio del mundo y por los seres humanos, y que esa pasión sea una pasión ética.
Debemos convertir cada lunes en un deseo y una ilusión para nuestros alumnos y para nosotros como profesores.
 
1. SER PROFESOR EN TIEMPOS DE CAMBIO.

¿Cuánto hay en nosotros de apetecible, de interesante, como profesores?
Daniel Penac dice en su libro “Como una novela” que un profesor se convierte en seguida en un viejo profesor.
¿Cuánto tiempo hace que no siento el nerviosismo de probar metodologías y materiales nuevos?
¿El libro de texto es mi fin, el límite, o es un punto de partida?
¿Qué relación establezco con mis alumnos y alumnas? ¿En qué consideración intelectual y humana les tengo?
Una de las conversaciones menos habituales entre profesores trataría con entusiasmo, con análisis crítico y creativo, sobre lo que estamos haciendo en el aula. Demasiadas veces nuestro trabajo está rodeado de silencio, de soledad, de inercia…
En este sentido, los educadores que consiguen mantener la ilusión y el valor  hacia su trabajo, pese a las circunstancias en las que lo desarrollan, se debe  a su propio deseo de motivarse, de cuidarse, a su profesionalidad, pese a las condiciones exteriores.
               
“El aficionado hace bien las cosas cuando está de buen humor y todo le sale a pedir de boca. El profesional trabaja bien, independientemente de las circunstancias. Lo que hay detrás de un profesional es la paciencia y la perseverancia”
               
Hemos de ser profesionales  caracterizados por: la pasión por investigar e innovar. “Estar a la última”, su potencial como buenos comunicadores y buenos escuchadores. Su capacidad para elegir y crear las mejores estrategias que ayuden a un grupo y a cada alumno a encontrar los acauces para comprender y comprenderse mejor.
Estar preparados para enseñar sobre la vida y el mundo a los futuros gobernantes, los que construirán el mundo en el que nos tocará vivir.

 No hay que olvidar que “un profesional exigido es un profesional valorado”.
Como afirma Edgar Morin en la “La mente bien ordenada”, el cambio de la escuela sólo es posible con un cambio de mentalidad: mirar, leer, interpretar la realidad con ojos nuevos. Y además, en nuestro caso, decidir cómo enseñamos a entrar en este mundo a niños y adolescentes.

El final del XIX y comienzos del XX vivió en nuestro país un tiempo de confianza, de investigación, de pasión educativa a la que mereceríamos regresar. Existía en la Generación del 98, en la Institución Libre de Enseñanza, la confianza de que la educación era capaz de hacernos mejores, como individuos y como sociedad. Que el conocimiento, el diálogo, el descubrimiento, nos permitían desarrollar lo más humano de cada uno de nosotros.
Desarrollar la capacidad crítica y de indagación personal de cada alumno; Haciéndolo con equilibrio, amenidad y benevolencia. Iniciar el aprendizaje desde la intuición, relacionar siempre conocimientos y vida

Machado nos proponía un cambio íntimo en el que el primer protagonista fuera el maestro, el educador. Un cambio hecho de palabra, de gestos aparentemente pequeños que hicieran tambalearse, cuestionarse, cambiar y mejorar no sólo las aulas sino la vida.
¿Cómo puede transmitir pasión y curiosidad por aprender quien no está dispuesto a vivirlo en primera persona? ¿Podemos como profesores invitar a la lectura, al análisis crítico, a la creación, si esto en mayor o menor medida no forma parte de nuestra vida?

Es obvio que para muchos de nosotros, y por muy distintas razones, nuestro trabajo en las aulas no se desarrolla en las mejores condiciones. Pero eso no nos quita el deber de reclamar también un talante que parece dormido, perdido o desaparecido en nosotros como colectivo y que muchos profesores mantienen en medio de las dificultades. El mismo talante cuya ausencia ha hecho y hace que en lugar de rebelarnos, proponer, construir, nos pleguemos a unas  condiciones que llevan a la tristeza y a la monotonía de las que hablaba el poeta al inicio.

. PROFESORES EN EL MUNDO
Quienes suministran la educación en todos los niveles, han  de empezar a centrarse en las necesidades de las personas como aprendices y averiguar por qué, cuándo, y cómo prefieren aprender, descubrir nuevos métodos de aprendizaje, identificar las habilidades básicas que la gente necesita para aprender mejor y usar las tecnologías y herramientas modernas para el suministro de la educación.
Lo que sí es aún del maestro es la capacidad para enseñar a aprender, a mirar, a leer e interpretar la realidad, el propio yo. Para atreverse a crearlo si el sueño merece la pena.

Toda nuestra enseñanza tiende al programa, mientras que la vida nos pide estrategia.

DESPRENDERSE
Devolver la fuerza a la investigación, a la imaginación y al riesgo
APRENDER A PENSAR
Relacionar conocimientos, saberes, hechos. Ser conscientes de que el mundo es un todo en el que todo interactúa.
SER CRÍTICOS
Poner en duda nuestro propio pensamiento. Desarrollar la capacidad de observación y de escucha
BUSCAR Y DISEÑAR ESTRATEGIAS
Dialogar con lo que sucede y cambiar lo que sea necesario
ELEGIR LA ESPERANZA
Los seres humanos somos capaces de mucha belleza y mucha bondad













¿Es aquí donde estamos situados como profesores? ¿Responden nuestras clases a un modelo de aprendizaje  que desarrolla un tipo de actitudes y de respuestas hacia la vida? ¿Qué destrezas intelectuales, emocionales, éticas, obligamos a nuestros alumnos a poner en juego? ¿Cuánto arriesgamos de nosotros mismos?, ¿Cuánto ponemos en diálogo también?

Hargreaves denomina paradojas al hecho de que los padres demanden a las escuelas un tipo de educación que ellos mismos no propician en sus hogares; que las empresas demanden al sistema educativo habilidades y valores de trabajo en grupo, responsabilidad, iniciativa…que después no utilizan, que las escuelas sean cada  vez más diversas, de manera que los profesores deban reconocer y promover la existencia de distintos estilos de aprendizaje, la agrupación heterogénea de alumnos, la integración de alumnos con necesidades educativas especiales en las clases ordinarias, el desarrollo de destrezas curriculares transversales, así como la creación de relaciones interdisciplinares entre materias diferentes y, al mismo tiempo, se produzca una mayor preocupación por homogeneizarse y comparar rendimientos.
Hemos dejado de valorar el conflicto como fuente de descubrimiento y de aprendizaje para verlo como problema en el que no hay que comprender sino vencer. Sin embargo, es en el conflicto donde nos vemos obligados a pensar, a desarrollar la creatividad, la observación, la reflexión y la escucha.
Hemos situado los derechos personales, grupales, por encima de los deberes y en ese desequilibrio pierden la responsabilidad, la solidaridad. Frente a todo reclamamos, estamos aún dispuestos a dar muy poco

. ADULTOS DE CALIDAD

CONSCIENTES
CON SENTIDO Y COMPROMISO ÉTICO
CON SONRISA Y TERNURA
CRÍTICOS Y AUTOCRÍTICOS
ABIERTOS AL CAMBIO
QUE QUIEREN Y APRENDEN A ESCUCHAR
COMUNICADORES
CON ESPERANZA
CURIOSOS
CON INTELIGENCIA PARA LOS SENTIMIENTOS Y PARA LAS IDEAS
CON SENTIDO DEL HUMOR
QUE PREPARAN PARA EL FRACASO Y LA FRUSTACIÓN PORQUE SABEN VIVIRLOS

Los grandes desafíos de la enseñanza contemporánea están en originar mentes bien ordenadas antes que bien llenas, enseñar la riqueza y la fragilidad de la condición humana, afrontar la incertidumbre. En una palabra: formar al ciudadano del nuevo milenio.

. ¿POR QUÉ SEGUIR SIENDO PROFESORES?
Hablamos mucho de lo que hacemos pero en muy pocos textos se alude a lo que somos y debemos ser.
Ese silencio no se da sólo en los textos de formación y reflexión dirigidos al profesorado, está presente también en nuestros claustros, en las conversaciones de pasillo, en los descansos, en nuestras reuniones de equipo; en pocas ocasiones aparecemos nosotros como objeto de reflexión y análisis.
Ocupan mucho espacio, un espacio también urgente y necesario, las carencias intelectuales y afectivas de nuestros alumnos, pero no las ideas, motivaciones y destrezas que como educadores exponemos al entrar en el aula.
Deberíamos plantearnos cuestiones tan sencillas como: ¿por qué somos profesores?, ¿por qué elegiríamos o no seguir siéndolo?, ¿para qué damos clase?, ¿cuál es nuestro Proyecto Educativo? Y ¿Cómo procuramos hacerlo posible?

El aprendizaje más importante que se desarrolla en las aulas, es el aprendizaje humano. Las asignaturas no son fines en sí mismas. En el fondo, no son más que instrumentos. A través de sus contenidos, de la metodología que elegimos, el rigor y la creatividad que proponemos, construimos actitudes, modos de responder ante la vida. Por eso mismo, el aspecto humano, nuestro desarrollo y calidad como personas, son esenciales en nuestro trabajo.
Encontrar, construir un profesor es fácil, elegir ser o hacerse profesor, es una tarea agradable, compleja, arriesgada…

¿Cuándo, en qué momento como profesores, como educadores, recibimos ese mensaje, esa motivación, esa exigencia y reto? ¿Qué buscaban o esperaban en nosotros en nuestra primera entrevista de trabajo, ante el tribunal de la oposición? ¿Se nos planteó un proyecto, una idea de educación, reflejada en un modelo organizativo, en unas actitudes?

Todos recibimos una formación, un perfil de identidad, a través de tres ámbitos: profesional, social y personal; De la suma de los tres, aprendemos y elegimos
Todo lo que nos rodea, lo que vivimos, nos construye. Y en todo y con todo lo que vivimos más lo que leemos más lo que imaginamos más lo que conocemos, es donde se decide cómo nos construimos como personas y como profesionales.

En japonés, la palabra crisis es la que sirve también para hablar de oportunidades. ¿Por qué no entrar en nuestra crisis como oportunidad y no como problema? Oportunidad de reinventarnos teniendo en cuenta lo que somos, a quienes nos dirigimos, en qué momento histórico lo hacemos.

Es cierto que habitualmente somos un colectivo que se sitúa más cerca de la espera que de la esperanza. Esperamos el reconocimiento exterior, que funcionen las cosas en el aula, que los alumnos sean los que deseamos, que nos dirijan como merecen nuestra calidad y motivación. Pero mientras esperamos por la responsabilidad de los demás, el tiempo pasa.

Es contradictorio que los profesores seamos capaces de diseñar, de buscar la estrategia más rigurosa, la más creativa para acercar nuestros alumnos al mundo y que a la hora de hablar de nosotros, de refundarnos, no existan la misma capacidad de riesgo, la misma creatividad…

Decía Ley de Kerr-Martin, que los profesores al tratar sus problemas, son extremadamente conservadores; pero que al tratar los problemas ajenos, son extremadamente liberales.

Los alumnos siguen valorando y esperando de nosotros que seamos educadores capaces de comunicar y relacionarnos, que transmitamos nuestra experiencia, nuestro saber hacer.
Que seamos entusiastas y capaces de una comprensión empática, que impartamos conocimientos a la vez teóricos y prácticos y que superemos las tradicionales separaciones de las asignaturas.

¿A qué profesores recordamos nosotros y por qué? Con la suma de todos los rasgos de todos ellos, podríamos hacer el retrato que quisiéramos mantener como referencia en nuestro trabajo; perfiles que nos motivarían, que supondrían una exigencia y reconocimiento en los que mantener y hacer crecer la ilusión y los retos. Algunos de ello: liderazgo, pensamiento crítico, capacidad de observación, autoridad y respeto, creatividad, análisis, capacidad de comunicación y empatía, capacidad de trabajo en equipo, etc. y muchos más.

Los profesores deberíamos ponernos siempre en disposición de viaje, de desasosiego. Ayudar a los niños a que crezcan sin perder la curiosidad, la imaginación, la capacidad de preguntar. Que salgan de las aulas, convencidos de que su deber es hacer un mundo mejor, más interesante y humano que el que le entregamos.

. PROFESORES PARA UN NUEVO SIGLO
¿Qué recuerdo deja un buen profesor? ¿Qué actitudes, qué rasgos hacen que unos permanezcan en la memoria y otros pasen al olvido? ¿A qué educadores recordamos en cualquiera de nuestros períodos de formación y por qué?
Pese a la diversidad de nombres que siempre se suceden, todos  presentan rasgos comunes, que iban ligados a su personalidad: cómo eran, y no tanto a la labor o materia que desarrollaban. A través de lo que hacían y de cómo lo hacían, quedaba clara su forma de actuar, analizar y vivir la realidad y la relación con sus alumnos que producía: escucha, cercanía, admiración, aprendizaje emocional y racional, ilusión, querer ser como ellos, afecto y descubrimiento.

¿Por qué personas tan diversas provocan una misma respuesta basada en el afecto y la  curiosidad? ¿Por qué son capaces de permanecer sus rostros, nombres y apellidos en nuestra memoria?
La mayoría de los educadores que citamos, también quizá nosotros, tienen en común dos grandes pasiones. Esas dos grandes pasiones son la pasión por lo humano y la pasión por la vida y su misterio.
Dentro de la pasión por lo humano podemos encontrar que son capaces de enseñarnos a aprender, el significado de existir, lo que sentimos, por qué comprendemos y razonamos, la imaginación, la comunicación con nosotros mismos y los demás, valorar, respetar y sentir.
Por otro lado, la pasión por la vida y su misterio, mostrándonos su capacidad de aprender con nosotros y junto a nosotros, conociendo el sentido de la vida, valorando y disfrutando de la belleza de lo que existe y creamos.

Ellos son capaces de comunicar y contagiarnos mediante la relación que establecen con sus alumnos, la imagen y el valor que sienten hacia ellos mismos, los gestos, la metodología que eligen para el aprendizaje, los ejemplos con los que fijan la curiosidad y las ideas, la estética, la puesta en escena, su presencia y el valor que dan a la vida, a lo humano, a los errores.

Cuando las flechas  del esquema hacen su trayecto de ida y vuelta, se produce la magia del aprendizaje y  la comunicación. Alumno y profesor tienen la conciencia de que saben más que antes de haberse encontrado; no sólo de números, autores o fechas. Sabemos más sobre la vida, sobre nosotros mismos. Alguien ha sido capaz de generar y compartir una emoción, un pensamiento que empezará a formar parte de nuestro carácter, que acabará en nuestra propia forma de relacionarnos con la realidad.

. LO QUE APASIONA A UN PROFESOR
Emprender nuevos caminos, los obstáculos como retos, percibir y sentir que aprenden, la respuesta de los niños: miradas, sonrisas, atención y avidez por descubrir.
Lo consigue mediante una serie de actividades motivadoras, buscando despertar el interés de los alumnos y el deseo de averiguar; mientras va descubriendo todo lo que es capaz de aprender por parte de los alumnos y todo lo que tiene que aportar él/ella.

. LO QUE APASIONA AL ALUMNO
Todo lo que él tocaba era fascinante: historia, ciencias, poesía…todo conectaba, todo tenía sentido. Mientras, nosotros sentíamos, escuchábamos, íbamos, luchábamos, fabricábamos, escribíamos, construíamos, plantábamos. Gracias a él, descubríamos lo importante del mundo.

A partir de aquí, se consigue la consciencia de que a través de ellos, de nosotros, los profesores, y con los alumnos, se produce un crecimiento mutuo; que niños y adolescentes aprenden a preguntarse, a descubrir, y que el adulto, tiene la suerte de poder estar siempre en contacto con las preguntas que hacen de la vida un espacio de aventuras y de retos.
Que sus alumnos miren con interés hacia donde ellos sitúan su sensibilidad y la mirada. Un proceso para el que eligen la seducción, la observación, la humildad de ceder el protagonismo al que aún no sabe. Como bien expresa Lucini: “Cuando los profesores analizan, preguntan, reflexionan sobre sus ideas y crean nuevos métodos, los alumnos salen beneficiados”.
Que los alumnos despierten al deseo de descubrir el mundo y a sí mismos, que perciban la realidad como algo misterioso y apasionante en el que merece la pena participar.

Un buen profesor siempre tiene más posibilidades de descubrir a un alumno que puede ser un buen alumno; al igual que los alumnos inquietos, curiosos, son capaces de hacernos mejores como educadores. Pero no debemos olvidar que somos nosotros, en Septiembre quienes planteamos los retos, la ruta de viaje, los comportamientos que vamos a admitir y los que no existirán o limitaremos.

La labor del aula es sencilla en apariencia, pero muy compleja en el fondo. Se trata de mover afectos, de incitar a ponerse en juego. Descubrir y descubrirse a través de aprendizajes cuyo valor desconocen los propios alumnos y que nosotros debemos desvelar.

Por eso, cuando definimos nuestro trabajo de profesores como “personas que dan clase” empobrecemos una labor compleja y ambiciosa; nuestro deber ya no puede ser el de informar. Nuestro reto está en ser capaces de convertir la información en conocimiento y el conocimiento en sabiduría, en vida, en comunicación; Necesitamos hoy la presencia y formación de educadores frente a los instructores.

Una escuela de calidad está hecha de aulas en las que el aburrimiento no cabe durante mucho tiempo ni para los alumnos ni para profesores porque tiene un proyecto cuyos resultados heredarán los que lleguen después, y ese proyecto debería impedirnos  la comodidad, la inercia, para situarnos dentro del cambio y el descubrimiento.

La pequeña -gran revolución que necesita la escuela, nace hoy de las aulas. Está dentro de cada profesor, de cada uno de nosotros. No pertenece al mundo de los Ministerios, de las Consejerías, de las Direcciones de los Centros, aunque su deber fuese canalizar, motivar, mimar esa energía. Entrar en ese movimiento, recuperar, subrayar el valor, la pasión por nuestro trabajo, exige cambiar de mentalidad. Dejar de esperar buenos tiempos para elegir hacer los posibles, como el equipaje. El rigor, la curiosidad, la creatividad, las preguntas…todo al servicio de esas dos pasiones que recordábamos en nuestros maestros, y  que también están en nosotros, reales o como posibilidad, la pasión por lo que nos hace humanos y la pasión por la vida y el misterio del que vivimos.

. DE SEPTIEMBRE A JUNIO: LA VIDA EN LAS AULAS
Cualquier didáctica a la hora de relacionar a alumno-profesor-realidad no debe quedarse en un simple aprendizaje de técnicas sino que quiere ser un espacio de reflexión.
¿Qué pasos necesita seguir esta didáctica?, ¿Por qué merece la pena aprender lo que enseñamos?, ¿Para qué? ¿Cuál es nuestra finalidad?, ¿Cómo lo vamos a conseguir?, ¿Cómo lo vamos a comunicar?

. UNA DIDÁCTICA QUE RECUPERE LOS PORQUÉS
Cuando entramos en el aula damos por supuesta la importancia, y no el interés, de la materia que impartimos. La damos tan por supuesta que llegamos incluso, no sólo a no comunicárselas a los alumnos, sino a olvidar nuestras propias razones. Cuando ese olvido se produce, el mismo profesor pierde el interés y deja de transmitir rigor, discusión, pasión, análisis y creación a través de su materia. Se refugia en la memoria, en la repetición; se acomoda, se aisla.

La mayoría de las veces, cuando hablamos de la motivación de los alumnos, centramos nuestro análisis en ellos: sus carencias, actitudes, diversidad…Pero esa reflexión se queda incompleta si no nos paramos a observar críticamente nuestra propia manera de trabajar, de actuar y de comunicar, qué metas conseguimos con facilidad y en cuáles necesitamos mejorar y crecer.

Debemos desconcertar a los alumnos, ponerlos en actitud de búsqueda, despertar su curiosidad. Pero nada de eso puede hacerse si el profesor, en lugar de ser un viajero, un explorador es, en el mejor de los casos, un simple turista que hace las mismas fotos de siempre o, en el peor de los casos, el que nunca sale de casa: siempre las mismas paredes, el mismo discurso, los mismos objetos, las mismas sombras…cayendo en la conocida rutina.
Recuperar y comunicar pasión, interés, curiosidad, y esto pasa inevitablemente por recuperar los porqués y los para qué y darles respuesta.

. UNA DIDÁCTICA QUE NO OLVIDE EL PARA QUÉ
El conocimiento no es un valor en sí mismo. Lo que caracteriza un aprendizaje de calidad es lo que el alumno es capaz de hacer con la información que se le entrega. Esto es: llegar a conclusiones por sí mismo a través de su pensamiento lógico, un análisis crítico, la capacidad para imaginar o crear desde lo aprendido.
Una respuesta ética ante la realidad, las actitudes y los comportamientos que todo conocimiento exige elegir y que deberían ser siempre humanos y humanizadores.

En un nuevo siglo, en el que asistimos al paso de la Revolución industrial a la Revolución Tecnológica, se hace aún más necesario el desarrollo de un espíritu crítico respecto del valor y el uso que podemos hacer de los nuevos descubrimientos y los referentes éticos que tendrían que guiar nuestros comportamientos.

Cualquier materia que se imparta en el aula debe desembocar y manifestar siempre su relación con la vida; el conocimiento no debe presentarse nunca como algo alejado o fuera de la realidad.

Toda educación tiene en sí misma una raíz ética: ayudar al hombre a ser humano, a hacer emerger no lo más fácil, no lo instintivo, sino lo mejor de sí mismo como condición indispensable no sólo para que su vida sea plena, merecedora de haber existido, sino para que la vida de los que ya existen y de los que vendrán sea mejor que la que conocemos.
. LA ELECCIÓN DEL CÓMO
La metodología (el cómo enseñamos) ha ido quedando reducida a simples recetarios, a técnicas que intentan buscar la eficacia en el aprendizaje de conceptos y restar su posible dificultad o aburrimiento, pero que no presentan claramente la ambición de alcanzar no sólo lo mecánico y puntual, sino el desarrollo de una forma de pensamiento, la interiorización de unos valores.
Detrás del planteamiento de una clase, está el valor intelectual, la capacidad afectiva y emocional que reconocemos y el potencial que intuimos en nuestros alumnos y en nosotros mismos como profesores.

El decidir convertirnos y convertir  a los alumnos en protagonistas o espectadores de lo que ocurre dentro y fuera del aula es algo que manifestamos:
En la forma en que colocamos y orientamos mesas, pupitres.

El lenguaje no es un rasgo secundario, es la forma en que traducimos e interpretamos cómo vemos y vivimos la realidad.
De nuestro aburrimiento nace muchas veces el aburrimiento, y de nuestra falta de sentido surgen, muchas veces, sus dudas sobre cuál es el valor real de lo que enseñamos.
Cómo enseñamos es una expresión de cómo somos, de cómo vemos la realidad, y cómo nos relacionamos con ella. A través del cómo, el profesor queda al descubierto.
Analizando nuestras metodologías, podemos poner nombre a nuestras fortalezas y fragilidades como profesionales y como personas, a los diversos tramos por los que pasa nuestra vida y la forma en que los vivimos.

. HACIA UNA PEDAGOGÍA DEL DIÁLOGO Y LA ESCUCHA
Para los maestros de la antigua Grecia la única forma de aprendizaje profundo era posible desde la observación y el diálogo. A maestro y alumno les unía la pasión por aprender, y el viaje a través de la realidad estaba presidido por la búsqueda, por el deseo de encontrar.

Una respuesta está siempre llena de nuevas preguntas y en ese viaje debemos aprender a vivir. Un viaje presidido por la curiosidad, la humildad, la escucha…aprendiendo a través de ideas, emociones, creatividad, lo hecho y pensado, etc. apoyados por una metodología, unos materiales, unas relaciones sociales…nosotros, los docentes, ayudamos a crecer y construir una parte importante de cada uno de nuestros alumnos.

Sólo podemos hacer bien, hacer mejor nuestro trabajo, creyendo en un proyecto común que no acaba ni empieza en nosotros.
La conciencia de equipo va ligada al espíritu crítico y de investigación, a la escucha y generosidad a la hora de analizar y proyectar nuestro trabajo individual y nuestro trabajo como parte de un curso, de un ciclo, de una etapa o de un área.
Todo eso con la conciencia de que la suma de nuestra diversidad, de nuestra heterogeneidad en lo profesional, en la manera de hacer y de ser, no es lo que resta sino lo que enriquece la perspectiva, las posibilidades con las que cada alumno sale de nuestros Centros.

2. DIRIGIR PROFESORES EN TIEMPOS DE CAMBIO

Es necesaria una Dirección “a pie de aula”; una Dirección que realice su misión, la misión de dirigir a un equipo de educadores desde el respeto a la riqueza de la diversidad y de la individualidad.

Tenemos que ser conscientes de que nuestros alumnos son el resultado de un poco de cada uno de nosotros, los distintos educadores que les hemos acompañado en su proceso de maduración. Y para que este puzle final tenga sentido, para que al final del proceso nos encontremos con una persona preparada para afrontar su vida y dispuesta a ayudar a que los demás también puedan afrontar, es necesario que alguien aúne voluntades, momentos de tristeza y alegría, sueños y muchas dosis de esperanza.

La misión de los directores de centros escolares es convertir el claustro de profesores en una fuerza arrolladora de creatividad, con capacidad para avanzar y seguir construyendo en un mundo en continuo devenir. Y esto, solamente es posible desde su total implicación.

Los puntos clave de implicación de la Dirección en un Centro escolar son: liderar el cambio, compromiso de implicarse en la planificación y conducción consensuada de los procesos de cambio. No se trata solamente de dar respuesta a los problemas que surgen diariamente, sino de tener la capacidad de ver dónde está y tendrá que estar el centro a medio y largo plazo.
El éxito en el logro de los objetivos es proporcional a la implicación de los educadores en su trabajo y solamente un profesional motivado es capaz de implicarse hasta el final en el desarrollo de su labor.
Apoyar al profesor, respaldar su actuación y decisiones, favorecer el desarrollo autónomo y en equipo de su trabajo, son algunos de los elementos decisivos de motivación que la Dirección de un Centro escolar tiene que tener muy presente en el ejercicio de su función.
Es importante que tengamos en cuenta una formación continuada en ámbitos distintos: académico, formación en nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje. Ético y social, la formación en nuevas estrategias para la transmisión de valores y competencias para la transmisión de valores y competencias sociales. Directivo, formación en el desarrollo de capacidades directivas para todos aquellos que quieran asumir puestos de responsabilidad.

Toda Dirección debe fomentar y poner en marcha el desarrollo de programas de autoevaluación que mejoren la calidad de todos aquellos profesionales que forman parte de la dinámica educativa y de gestión de todo Centro escolar.

. ¿HACIA DÓNDE DIRIGIR PROFESORES EN TIEMPOS DE CAMBIO’
Siempre hacia la felicidad. El objetivo principal de la Dirección tiene que ser, tal y como nos dicta la experiencia, conseguir que sus profesores sean felices, ypara que un profesional de la educación sea capaz de poner encima de su mesa de profesor todo aquello que como educador lleva dentro, es absolutamente imprescindible que sea un profesor feliz.

Cuanto más feliz sea un profesor en el desarrollo de su trabajo, más se involucrará e implicará en el mismo. Cuanto más se implique un profesor en el desarrollo de su trabajo, más posibilidades tendrá de conseguir los objetivos propuestos. La calidad en un centro escolar se evalúa en función del logro de los objetivos.
Y para conseguir un centro de calidad necesitamos conseguir que cada uno de sus alumnos, alcance un pleno desarrollo de sus potencialidades académicas y ético-sociales.

Dos aspectos definen lo que entendemos que es un centro que educa con calidad:
El aspecto estructural, la estructura interna comprende la calidad y eficacia de los ámbitos internos de organización y gestión del centro e implica a todo el PAS y a los órganos o personas competentes a los que deben reportar, directa o indirectamente su trabajo.
La estructura externa engloba calidad y cantidad de las condiciones materiales de los Centros: instalaciones y recursos técnicos y pedagógicos, en los que ha de desarrollarse el trabajo de los educadores y del resto del personal no docente.

El aspecto educativo, objetivos académicos: el fin prioritario es el desarrollo de la inteligencia como instrumento fundamental desde el que ir construyéndose como persona. Nuestra misión por tanto, desde esta perspectiva individual, consistirá en enseñarles como vivir y de qué vivir.
Vivir en sociedad significa convivencia, significa que mis actuaciones afectan a los demás y viceversa. Desde la competencia intelectual tratamos de formar alumnos con capacidad para criticar y transformar aquellos aspectos de la realidad humana que, lejos de de enriquecernos, no hacen sino sumergirnos en un continuo y triste empobrecimiento.
La dimensión social de los objetivos académicos pasa por conseguir que nuestros alumnos sean competentes, no solamente en beneficio propio sino por el bien común.
                              
Acorde a esta dimensión ético-social, la calidad de una escuela se medirá en función de su capacidad para generar referentes válidos de conducta para que sus alumnos, desde un uso pleno de libertad y capacidad crítica, sea capaces de elegir aquella opción que les mejore como individuos y como ciudadanos.

Tomando como referencia el libro de Daniel Goleman, Inteligencia emocional, podemos hablar de 4 competencias básico-ético-sociales y de las características que las definen: integridad ética, actúa en consonancia con sus propios principios, se relaciona con transparencia y sinceridad, reconoce errores cometidos y los asume, da a todos un trato equitativo, está orgulloso de ser honrado, orientación a los demás, espíritu de servicio, desea satisfacer y ayudar a los demás, percibe las necesidades de los demás, es sensible a las opiniones de los demás, se preocupa por las personas y sus problemas, capacidad de comunicación, sabe escuchar y entender a los demás, sabe establecer y mantener relaciones con todos, es consciente que no posee toda la verdad, no se basa en prejuicios, autoconocimiento y autoconfianza, muestra confianza en las propias capacidades, es capaz de mejorar sus puntos débiles, actúa con iniciativa y firmeza, asume retos y responsabilidades, participa activa y positivamente, aportando ideas, se implica.
Solamente un claustro de profesores implicado plenamente en su trabajo, puede hacer que un colegio sea un Centro escolar de calidad.

Actitud crítica y autocrítica, es necesario que los educadores no se adormezcan y sometan a continua revisión y autocrítica su actuación educativa. Capacidad de innovación, apertura al cambio: no es posible entender ser educador y no estar abierto al cambio.
Formación continua, entender el cambio, innovar, mejorar… implica, necesariamente, hablar de formación; el educador necesita continuamente ser educado. Hemos de tener un plan personal de formación
No podemos olvidar que educamos con la palabra y con el ejemplo.
No perder la ilusión, una gran parte del poder para transformar la realidad educativa y seguir disfrutando al educar, está en nuestras manos.
Felicidad personal y felicidad profesional. La felicidad personal hace referencia al estado en el que se encuentra un profesor respecto a sí mismo y a su entorno más cercano. La segunda, al grado de satisfacción profesional en el que se encuentra un profesor en su colegio.

La felicidad profesional de un profesor en su colegio se sitúa en dos ámbitos perfectamente delimitados: el aula y el claustro de profesores.
La misión de un Director es ayudar a sus profesores a conseguir el mayor compendio y desarrollo posible de ambos ámbitos de felicidad.
El resultado final será a corto plazo: una mayor implicación del profesor en su trabajo. Y a no muy largo plazo: un aumento de la calidad educativa del Centro.
De un buen claustro de profesores emana una acción educativa conjunta que acaba impregnando a todo el centro.
La felicidad de los profesores es el motor de la enseñanza. La calidad educativa depende principalmente del estado de ánimo, de la ilusión, de la felicidad con la que el profesor entra en el aula dispuesto a enseñar a los alumnos lo que tienen que ser y saber.

. ¿CÓMO DIRIGIR PROFESORES EN TIEMPOS DE CAMBIO?
Hemos de ayudar a vivir a los profesores lo que ellos, a su vez, han de enseñar a vivir.
Lo complejo que puede llegar a ser el conseguir una buena comunicación con las personas a las que hay que hay que dirigir, e impulsar que entre ellos se comuniquen adecuadamente.

El aula no es un hábitat fácil y mantener la cabeza en su sitio, requiere de muchas dosis de paciencia, de la posibilidad de compartir con otros profesores las muchas experiencias positivas y negativas que cada día se vivencian y sobre todo, de sentir muy cerca el apoyo sincero de la Dirección del Centro. Proyectos, ideas y sobre todo profesores…son responsabilidad directa de la Dirección del Centro.

El baremo de evaluación de la calidad de los procesos de comunicación responde exclusivamente a su contribución al logro de objetivos cuantificables. Paradójicamente, faltan tiempos para hablar de educación, hablar de y entre nosotros los profesores, y sobran tiempos para programar objetivos.

Existe una comunicación interna entre Dirección y profesores, teniendo la Dirección, el compromiso de dirigir. Es cierto que ya, en nuestros días, se facilita la comunicación mucho más, estableciendo entre Dirección y profesorado, direcciones intermedias (subdirecciones).

La felicidad de los profesores es el motor de la enseñanza, al hablar de comunicación, nos situamos en el soporte cardinal de la felicidad de un profesor en su colegio. Los profesores quieren que la Dirección hable con ellos, que les felicite y comparta con ellos su buen hacer en el aula, que les apoye, que les critique y ayude a corregir conductas equivocadas o ineficaces y que por encima de todo nunca les ignore.
Los profesores necesitan saber qué opinión tiene la Dirección del Centro sobre su trabajo, no pueden vivir en el desequilibrio de la incertidumbre.
Directamente relacionado con el punto anterior está la posibilidad de rectificar y de aprender.
En los primeros años de este acumular experiencia, se hace especialmente imprescindible el acompañamiento de los Directores de los centros desde la crítica constructiva, analizando conjuntamente cómo mejorar la actuación del profesor en el aula.
La comunicación que transmita la Dirección tiene que ser la síntesis de dos momentos fundamentales: momentos informales y momentos profesionales. Ninguno de los dos momentos entendidos de modo aislado tiene ninguna posibilidad de ser eficaz.

Los momentos informales no responden a una estrategia establecida. Son los momentos en los que se genera la necesaria confianza entre la Dirección y los profesores.
Los momentos de comunicación profesional deben responder a una estrategia; la estrategia de mejorar la calidad educativa del Centro. Hay que tender a una entrevista de la Dirección con los profesores al principio de curso y otra al final. Con los recurso humanos hay que hablar, hay que generar una relación cercana, sincera, y siempre presidida por el principio de la colaboración; los silencios no generan sino más silencios, mucho olvido y una eterna desconfianza.

Los tipos de comunicación que pueden surgir en un Centro son: profesor con profesor, donde la Dirección debe centrarse en tratar de influir positivamente en la creación de un espacio de comunicación satisfactorio para el claustro de profesores.
Es primordial entender que el fruto de este diálogo es lo que nos mejora como equipo de trabajo y como centro.
Profesores con alumnos, es necesario que los Directores promuevan y animen dinámicas en el claustro de profesores dirigidas a consensuar en qué ha de consistir una relación cercana y al mismo tiempo respetuosa.
Profesores con los padres, el conducto más habitual por el que se produce esta comunicación es el de la tutoría (fundamentalmente de los tutores con los padres).
Debe haber cierta uniformidad técnica que transmita a los padres la sensación de trabajo en equipo entre los distintos profesores y tutores que han acompañado  a su hijo/a en su proceso de maduración.
El resultado final de una entrevista tiene que ser un profesional de la educación seguro y unos padres confiados en el Centro en el que se está educando su hijo/a.
No podemos olvidar por otro lado, que el objetivo esencial de una entrevista con padres debe ser el de generar un espíritu de colaboración.

. LOS PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN EN EL SIGLO XXI
Uno de los problemas que afecta a la comunicación entre los profesores y la sociedad es la infravaloración que recibimos por su parte, hemos dejado de estar respaldados por la sociedad de hoy en día, lo que va de boca en boca, nuestra gran calidad de vida y lo bien que vivimos nosotros, los profesores, dejando de lado el trabajo y el esfuerzo que realizamos día a día en las aulas.
El segundo problema es el progresivo empobrecimiento de la comunicación entre los adolescentes. El nuevo ideal de comunicación de los adolescentes pretende hablar sin verse, la inclusión de la tecnología en el mundo social (móviles, ordenadores).

. EMPATÍA: LA ÚLTIMA GRAN APUESTA DE LA COMUNICACIÓN
“Comunicarse participando en la realidad del otro”, la empatía es el esfuerzo que realizamos para reconocer y comprender mejor los sentimientos y actitudes de las personas con los que convivimos.
Según Goleman, hay tres grandes aportaciones de la empatía a nuestro desarrollo emocional:
Mayor capacidad de asumir el punto de vista de otra persona, mayor sensibilidad hacia los sentimientos de los demás y mayor capacidad de escuchar y comprender al otro.

. TRABAJO EN EQUIPO
No hemos acertado a penetrar en las técnicas y metodologías propias que consolidan las señas de identidad que identifican la verdadera esencia del trabajo en equipo.
Hemos optado por disociar nuestra actuación profesional en una parte individual (nuestros alumnos, nuestra aula y nuestra materia) y una parte social (nuestra participación en un equipo educativo).
Nuestra responsabilidad como educadores debe responder a un doble compromiso:
El compromiso de formar a nuestros alumnos en la interiorización y desarrollo de aquellas competencias personales que les ayudan a relacionarse mejor consigo mismos y de aquellas competencias sociales imprescindibles para relacionarse con los demás y que les sitúan ante el objeto primordial de la búsqueda del bien común desde el progreso de su potencial individual.
El compromiso de optar por aquellas herramientas de trabajo que contribuyen de un modo más eficaz al logro de los objetivos propuestos.

Cada organización, cada Centro escolar tiene que conocer en qué circunstancias, en qué proyectos rinden mejor, individualmente o en grupo, sus profesores y buscar a partir de ahí un equilibrio natural no forzado.

La clave está en que aquellos que dirigen equipos de profesores sepan compendiar ambas dimensiones del trabajo (individual y grupal) y que los modos de organización encuentren respuesta a ambas necesidades.
Estamos en la contradicción de estar continuamente  hablando de equipos de trabajo y responder con filosofías de trabajo individualistas, la incapacidad emocional para disfrutar de los éxitos de otros miembros del equipo y para compartir solidariamente sus errores.

La confianza en uno mismo y en las propias capacidades es la mejor “medicina” para poder comprender e interiorizar la importancia que el saber reconocer y disfrutar de los éxitos de los demás tiene en nuestro desarrollo emocional y profesional. La actitud de servicio a los demás, pensar en el otro como un fin en sí mismo y nunca como medio, es el impulso que necesitamos para volcar toda nuestra energía en la búsqueda de soluciones conjuntas a los errores ajenos.

La escasa utilización de los tiempos de trabajo de los equipos de profesores como el momento más adecuado para superar actitudes individualistas y generar conciencia de equipo.
A cada cambio político ha de acompañar, necesariamente, un cambio de estructuras, de leyes.
Necesitamos Directores que “abran los ojos”  a sus profesores, que habiliten nuevas vías de participación, que conviertan los tiempos de trabajo en equipo en auténticos espacios de crítica constructiva donde seamos capaces de aprender a criticar sin “agredir” y sepamos aceptar las críticas sin sentirnos “agredidos”.

. IDENTIDAD DE EQUIPO
La humildad personal y profesional de sus profesores es una condición absolutamente necesaria para poder encontrar el auténtico significado del trabajo en equipo en un Centro escolar.
El primero de los compromisos de cada uno de los miembros de un equipo, respecto al resto de sus componentes, siempre debe ser el de enriquecerles y dejarse enriquecer aportando y aceptando ideas, proyectos e ilusiones.
Para poder relacionarnos positivamente con aquellos con quienes tenemos que trabajar y convivir, es imprescindible que aprendamos a conocernos mejor a nosotros mismos, conocer cuáles son nuestras debilidades y fortalezas, cuáles son nuestras limitaciones.
Integrar la diversidad
En los Centros escolares contamos, y es de un valor incalculable, con un punto de partida sólido y común: nuestra vocación e ilusión desinteresada por enseñar.
Solamente desde la integración de todas las capacidades y competencias personales será posible que un colegio pueda dar respuesta a los muchos y nuevos retos a los que cada día ha de enfrentarse.
Se trata de ver la diversidad como una oportunidad de compartir y consensuar nuestro modo personal de entender el cómo y en qué contenidos y valores queremos educar.

Portfolio

PORTFOLIO DOCENTE: La experiencia como espacio de aprendizaje.


1. ¿QUIÉN SOY?.
Mi nombre es María Candela, tengo 22 años y soy profesora de Educación Infantil por el Centro Universitario Villanueva, Adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. Después de estos tres años de carrera hice algún curso de formación relacionado con dificultades en el aula, problemas de conducta...y actualmente estoy terminando una segunda especialidad en Lengua Extranjera en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Empecé hace tres años a trabajar en el Colegio Santa María La Blanca situado en el barrio de Montecarmelo, en Madrid, y es ahí donde me he terminado de dar cuenta que la docencia, es lo mío.
Este año estoy llevando la tutoría de una clase de segundo de Educación Infantil, de 4 años, a la que dedico mis ocho horas diarias. Está claro que es esencial que desde edades muy tempranas se les empiece a estimular, motivar y enseñar el mundo de la lengua, que lo manejen y lo trabajen para explotarlo el día de mañana.


Desde muy pequeña ya planteaba la idea de ser "profesora de niños pequeños", andaba todo el día jugando con mis muñecas y ensayando para el día de mañana poder llegar a ejercer, es decir, mi sueño. 
A medida que iba pasando el tiempo, yo iba consolidando cada vez más la idea sobre mi futuro profesional. Llegó el final de la etapa escolar y tuve que plantearme varias cuestiones: cómo hacerlo, dónde hacerlo, qué etapa...pero no me costó demasiado decidirme por la etapa de Infantil; me encanta trabajar con "personitas", que valoran tu trabajo día a día, que se esfuerzan por sacarte una sonrisa, y en las que ves plasmado todo tu esfuerzo por educarles y que sean alguien en el día de mañana.
Para dedicarte a la enseñanza está claro que es necesario ser "competente", tener desarrolladas las ocho competencias lingüísticas de las que se nos habla en ambos libros; es esencial para poder fomentar una educación plena. Tenemos que conseguir que de ahora en adelante disminuyan los fracasos escolares, volcarnos en la educación de nuestros alumnos, interactuar con las familias para ser todos partícipes, y conseguir así que la lingüística sea tarea principal de enseñanza; una de mis ilusiones de ser profesora, es poder transmitir a los demás todo lo que yo, afortunadamente, he aprendido en mi vida. 

2. ¿A DÓNDE VOY?.
Cada uno de nosotros somos únicos, por tanto nuestros alumnos también, nunca vamos a tener dos alumnos iguales; tenemos que tener disposición para conocer a cada uno de ellos, ofrecerles una educación individualizada, teniendo en cuenta las necesidades que puedan presentar cada uno de ellos.
El papel de la familia es esencial, tanto que tiene que existir una relación entre familia-colegio para favorecer la educación y la transmisión de valores. 
La actitud del docente dice mucho y sobre todo, hace mucho; como docentes, debemos mostrarnos interesados, motivados, preparados para afrontar la actividad de la educación, y es eso lo que va a empujar a los alumnos a sumergirse en el proyecto. 
Quiero, que mediante un modelo de observación y experimentación, mis alumnos aprendan, descubran y salgan al mundo que nos rodea lo suficientemente preparados. Para ello, la influencia esencial de los valores; es uno de los puntos clave a la hora de impartir clase en Educación Infantil, es ahora especialmente cuando los niños están expuestos a todo lo que nosotros pretendamos enseñarles. Debemos dejar atrás tanto materialismo, refiriéndome a contenidos, centrarnos más en la importancia de desarrollar personas en su plenitud, con la ayuda de los valores, por supuesto comenzando esta tarea en casa con las familias, en el colegio se potencia y refuerza. 


3. ¿DÓNDE ESTOY?.
Actualmente, como decía en el primer apartado, estoy trabajando en el Colegio Santa María La Blanca, un colegio cuyo proyecto es innovador, volcado en el desarrollo de competencias, proponiendo una educación individualizada.
El colegio parte de la fundación Iruaritz-Lezama, cuyo objetivo es la formación y el desarrollo de la persona. Desarrollo de sus capacidades, estimulando las destrezas y descubriendo los talentos de cada alumno, para así hacerles capaces de ser responsables tanto en su vida personal como en la sociedad. El alumno está en constante evaluación de lo que va aprendiendo y vive un proceso nuevo de relación con el profesor.
Es un colegio fundado en valores cristianos, que cuenta con los medios más actuales adaptados a la pedagogía exigida en los tiempos presentes.
Estoy encantada con el Colegio donde trabajo y con mis compañeras, hay un ambiente muy agradable que ayuda a mantener el interés, las ganas, evitar rutinas, sacar fuerzas...
Durante mis año de carrera, realicé prácticas en dos colegios muy distintos; uno de ellos, el primero, un colegio público de donde saqué muchas ideas para mi futuro profesional. Tuve la suerte de encontrarme con una profesora con mucha experiencia, muchos años de docencia y con muchas ganas de seguir.
Por otro lado, hice prácticas en otro colegio, uno concertado de la Comunidad de Madrid, que aún siendo muy distinto a mi primer centro de prácticas también me influyó positivamente. Es ahí mismo donde actualmente estoy trabajando y disfrutando día a día de mi labor profesional.

4. EXPERIENCIAS DE APRENDIZAJE CON ALUMNOS.
En relación a los alumnos, nosotros trabajamos varios métodos. Uno de ellos, el método de "EntusiasMAT", un método proveniente del Colegio Montserrat de Barcelona, en el cuál trabajamos con una metodología variada. El método está dividido en seis apartados, yendo desde la geometría, numeración, percepción visual, razonamiento lógico, orientación espacial...y cada día trabajan una sola ficha de una de estas seis pestañas. Antes de empezar con la ficha, se hacen una serie de actividades previas que preparan al alumno plenamente para poder comprender y adquirir los objetivos que esta propone; los materiales son muy lúdicos: dados, animales pequeños de plástico, etc. Es una metodología a través de la cual desarrollan habilidades muy variadas.
Por otro lado, de la mano del inglés, tenemos el método "AMCO", basado en la escucha y conversación constante; no se les habla ni una sola palabra en castellano, todo en inglés. Se les pasa diariamente una colección de diez bits de inteligencia, primero los escuchan y después lo escuchan y lo van repitiendo. Con esto conseguimos que adquieran una pronunciación mucho mayor a la que recibíamos nosotros hace años, cuando nos impartían las clases profesoras españolas. El método AMCO también pretende el desarrollo de las inteligencias múltiples para nuestros alumnos. Se puede impartir desde primero de Educación Infantil.

Además de estos dos importantes métodos, para el terreno de la lecto-escritura, trabajamos con "El país de las letras", una metodología que incluye una colección de bits de inteligencia de cada una de las letras de nuestro abecedario; por un lado imágenes y por otro, las palabras. Las pasamos, cada letra, durante quince días, desarrollando juegos, cuentos, actividades...que permitan la adquisición de esa letra.
El colegio donde trabajo es prácticamente nuevo, lleva tan solo cuatro años funcionando, es un colegio con proyecto, objetivos y metodologías innovadoras, totalmente integrado en el mundo de las tecnologías, tan destacadas hoy en día.
También, contamos con el mundo de la integración, y ahí si que aprendes, vives experiencias que te llevan a la vida real, a nuestro día a día, a todas las circunstancias que la vida nos presenta. Hay que sacar partido de esos niños, que tanto pueden aportarnos, tanto profesional como personalmente. 

5. EXPERIENCIAS DE APRENDIZAJE CON PROFESORES.
Es cierto que en el periodo de prácticas prácticamente no te da tiempo a aprender todo lo que nos gustaría, todo lo que desearíamos "sacar" para utilizar el día de mañana.
Una vez que comienzas a trabajar, te das cuenta de la cantidad de cosas que puedes aprender, de unos y de otros; de tus compañeros y de tus subdirectores, los cuales van a estar siempre trabajando en equipo contigo, compartiendo ideas, opiniones y experiencias, tan valiosas para el desarrollo diario de la actividad docente. No podemos despreciar ningún aspecto, idea o trabajo que observemos, todo nos es válido para desarrollarlo.
En este colegio he aprendido una barbaridad de cosas, partiendo de las experiencias que he vivido. De cada una de mis compañeras he aprendido maneras distintas de desarrollar la metodología, como acercarte a los alumnos, sabiendo tratarles a cada uno de ellos según sus circunstancias.
Todos los Miércoles tenemos todo el claustro de profesores, una reunión semanal, de donde se saca partido a las ideas, opiniones, comentarios, materiales, personalidad de cada uno.
Cada profesor es un mundo, cada uno tiene sus puntos positivos y los negativos, pero de todos y cada uno de ellos vamos a poder sacar su propio grano de arena.


6. ACTUACIONES PARA MEJORAR MI APRENDIZAJE COMO PROFESOR.
En cuanto a mi formación recibida, puedo decir que he estado en muy buenas manos, tanto en el transcurso de la carrera como en mis primeras andadas como profesional docente de un centro.
He aprendido, como decía anteriormente, cantidad de cosas que actualmente puedo poner en práctica y afortunadamente me dan resultados.
Observando y experimentando, llegas a ser capaz de "dominar" la clase, saber de que manera hay que hablar, comunicarte con ellos para atraer su atención; evitar aquellas actividades "pesadas" con las que no consigues objetivos propuestos y solo desperdicias tiempo de aprendizaje para ellos.
Es esencial desarrollar valores para nosotros mismos, para ser capaces de plantarnos delante de los alumnos a aportar todo lo que tenemos de la mejor manera posible.
Y ante todo, lo que llevamos viendo todo este tiempo en los manuales, la importancia de la formación constante, no estancarnos, no frenar nuestro aprendizaje contínuo; es primordial tener una buena formación e ir cultivándola poco a poco a través de cursos, master, especialidades...sin dejar atrás nuestro interés por desarrollar individuos preparados para el día de mañana, entre ellos, nos incluímos a nosotros mismos, los profesores.


7. MATERIALES PARA COMPARTIR.
Para poder trabajar a fondo los valores, nosotros hemos diseñado una hoja donde incluímos cada mes del año con sus dos valores a trabajar. Cada uno de los valores se trabaja durante quince días, adjuntando una frase sencilla que refleje el objetivo de nuestro valor a desarrollar. Junto a esto, tenemos una lámina por valor, donde los niños pueden ver reflejado cuál es el propósito que queremos conseguir.
Para facilitar el aprendizaje de la escritura de su nombre, a los niños de Educación Infantil, les preparo a cada uno, una tarjeta plastificada con su nombre en mayúsculas por delante y en minúsculas por detrás; ¿Con qué finalidad? pues que sean capaces de reconocer su nombre, realizando una serie de actividades y juegos, que al terminar la tarea puedan coger cada uno su tarjeta y escribir las veces que necesiten su nombre para alcanzar ese objetivo. 
También relacionado con el tema de lecto-escritura, desarrollo un mapa conceptual de las vocales y las consonantes para el desarrollo y aprendizaje de la lectura de sílabas; esto más concretamente en cuatro años, cuando están empezando a familiarizarse con la lectura.


8. MI BIBLIOWEBCINETECA.
He desarrollado este blog donde he ido colgando cada uno de los trabajos de los manuales leídos y además, el portfolio y la unidad de aprendizaje desarrolladas en las sesiones.
La dirección es: http://lenguayliteraturaysudidacticamc.blogspot.com